Sanar es unirse al alma, curarse de remitir los síntomas físicos de una enfermedad. La sanación procede desde el alma al cuerpo físico proveyendo un orden a nuestras vidas.
Esta sanación Benedictina se entiende en toda su magnitud espiritual el ataque externo de la enfermedad. Es un método sanador que reconoce esta verdad como el inicio del proceso de recuperación reparación y sanación interior. En la sanación benedictina hacemos lo que en la vida de San Benito fue una constante ser atacados por la enfermedad, las dudas o el conflicto y, luego de pasar airosos por esas pruebas, dar un paso adelante en todos los aspectos de nuestra vida en forma conjunta.
Esta sanación que entrega paz y tranquilidad se realiza en modalidad presencial y a distancia, en sólo una sesión.